Dr Disrespect está buscando activamente un acuerdo para remonetizar su canal de YouTube, que tiene más de 4.62 millones de suscriptores. El streamer también está explorando oportunidades potenciales para transmitir en X (anteriormente Twitter), mostrando su intención de diversificar sus plataformas.
El drama comenzó cuando YouTube desmonetizó el canal de Dr Disrespect en junio, después de que admitiera haber enviado mensajes inapropiados a una persona menor de edad en 2017. En su ahora eliminado post de disculpa, reconoció que estos mensajes eran "conversaciones casuales y mutuas", pero admitió que habían cruzado hacia un territorio inapropiado.
Dr Disrespect mira su regreso a la monetización: YouTube y X como jugadores clave
A pesar del escándalo, Dr Disrespect regresó al streaming el 7 de septiembre ante una gran audiencia, defendiendo sus acciones citando definiciones legales y sugiriendo que Twitch lo había baneado para hacer espacio a estrellas más grandes.Desde su regreso, ha transmitido Space Marine 2 y Deadlock en YouTube, acumulando millones de vistas. Sin embargo, sus ganancias se han limitado a donaciones ya que YouTube sigue reteniendo los derechos de monetización. Su apelación para restaurar la monetización está programada para el 25 de septiembre, pero aún no se sabe si YouTube cumplirá.Mientras tanto, Dr Disrespect también está considerando transmitir en X, donde la monetización a través de suscripciones y el alcance de contenido es posible. Durante su stream de regreso, insinuó sus planes futuros en X con una parodia en la que un robot animaba a los fans a "suscribirse en X". Aunque Elon Musk y la dirección de X no han confirmado un acuerdo, esta opción podría hacerse realidad más rápido de lo que YouTube restablece su muro de pago.
Si todo lo demás falla, Dr Disrespect aún tiene Kick como posible respaldo. El streamer previamente rechazó un trato de $10 millones de la plataforma, pero podría reconsiderarlo si sus otros planes fracasan. Nos preguntamos si personas controvertidas como DrDisrespect deberían tener un escenario en absoluto.
El artículo original fue escrito por Johanna Goebel.